El llonguet es el panecillo de las meriendas de antaño de los niños catalanes o, al menos, del que yo tengo en casa, que me ha pedido que lo intente hacer a la antigua usanza.
De todos modos al cambiar la receta ligeramente la textura ha quedado demasiado hidratada y del llonguet solo he respetado la manera de formarlos y tampoco es que hayan quedado muy ortodoxos, pero de comer, muy buenos.
La forma de hacerlos ha sido la siguiente:
La noche previa comienza la elaboración de la masa madre de levadura
- 125 gr. de harina de trigo de fuerza
- 75 gr. de agua
- 2 gr. de sal
- 1gramo de levadura fresca
- 450 gr. de harina de trigo
- 50 gr. de harina de centeno
- 290 gr. de agua
- 10 gr. de sal
- 4 gr. de levadura fresca
La masa después de un plegado dentro del bol. |
Después del amasado formamos una especie de rodillo, doblando la masa y enrollándola sobre sí misma. Tapamos este cilindro y lo dejamos reposar una hora.
Tras el reposo cortamos la masa en rodajas de unos 4 centímetros de grosor y las vamos colocando, boca arriba en una tela de lino bien enharinada, formando pliegues.
Después de una hora y media de fermentación se colocan sobre el papel de horno, con la parte de abajo, la más enharinada, hacia arriba y se les hace un corte a lo largo, de extremo a extremo.
El horno, caliente a 250º, arriba y abajo, pero al meterlos se baja a 240º. No necesitan vapor. En quince minutos están listos.