Pero ahora que me veo convertida en sacerdotisa de la masa madre (MM) a la que cuido y mimo con cariño, me he aficionado a amasar mi propio pan y con los resultados tan satisfactorios que estoy consiguiendo prefiero pensar que solo es una leyenda y que, en realidad no está haciendo estragos en mi silueta... Hoy he horneado unas barras sencillas, sin pretensiones. Anoche alimenté a mi MM un poco antes de irme a dormir, hasta ahora le daba centeno semi y me crecía que era un portento, pero esta vez la refresqué con harina de trigo. Estas barritas, a excepción de la pizca de centeno que queda aún en la MM, están hechas a partir de harina de trigo blanca, del Rincón del Segura, sin añadir nada de fuerza ni de otras variedades.
A la vez preparé un poolish, con 100 g. de harina y 100 de agua y una puntita insignificante de levadura seca, solo para animarlo.
Masa madre donde aún se ven las pintitas del centeno semiintegral |